La Resiliencia en torno a la Sostenibilidad
La resiliencia es conocida como la capacidad de adaptación de ecosistemas, comunidades o asentamientos a los cambios, sin que sus características estructurales y funcionales se vean alteradas, volviendo a su estado original tras la variación.
En esta dimensión, la resiliencia de las ciudades ante los desastres naturales es una de las metas que se marca el undécimo de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible, porque en sus orígenes de la agenda de los ODS el riesgo de desastres y la resiliencia en general no fueron subrayados lo suficiente, a pesar de la estrecha relación entre los impactos de desastres y el desarrollo sostenible.
La inversión en infraestructura sostenible continúa brindando oportunidades de recuperación y crecimiento, inclusivo mediante la generación de empleo, mayores ingresos y la creación de nuevos bienes y servicios.
A pesar del aumento de inversión en infraestructura y, con ello, millones de empleos directos e indirectos adicionales en diferentes países, la misma evolución se hace responsable de más del 60% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Invertir en infraestructura para promover la estabilidad económica y el empleo de forma coherente con el Acuerdo de París y los ODS reduciría esta cifra y ayudaría a evitar futuras crisis interconectadas. Para ello, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente está apoyando a los países en la elaboración de planes nacionales estratégicos de infraestructura que, al mismo tiempo, permitirían alcanzar los:
- ODS 9 (Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación),
- ODS 12 (Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles) y
- ODS 13 (Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos).
La recuperación del COVID-19 debe estar alineada con los ODS y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. En palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Gutiérrez, necesitamos “aprender de esta crisis y reconstruir mejor… podríamos enfrentar mejor este desafío – con sistemas de salud más fuertes, menos personas viviendo en la pobreza extrema, menos desigualdad de género, un ambiente natural más saludable y sociedades más resilientes…”.
Si el COVID-19 nos ha enseñado algo a las empresas, es que los ganadores del mañana son resistentes y capaces de adaptarse en tiempo real en tiempos de crisis. ¿Cómo han logrado este éxito? ¡La Resiliencia: comienza con cada uno de nosotros! Juntos hacemos las cosas bien.
En una economía competitiva e incierta, las empresas deben comenzar con su competencia principal para mantener la relevancia y la visibilidad y esto, en última instancia, impulsará la resiliencia, la rentabilidad y el crecimiento sostenible.
El 2020 y 2021 han sido años de cambios y trastornos a una escala que no habíamos presenciado antes. La única forma de adaptarse y satisfacer las necesidades cambiantes es innovar e invertir en su negocio para asegurarse de estar alineado con sus clientes, empleados y socios.
Algunas organizaciones han estado mejor preparadas para esta eventualidad que otras.
- Las empresas resilientes son aquellas que pueden adaptarse e innovar, pueden integrar datos y procesos, utilizar tecnologías inteligentes y ser lo suficientemente ágiles para superar los desafíos.
- Esas empresas se destacan de la competencia y por construir una ventaja sostenida en su vertical.
- Lo que todas estas empresas tienen en común es su capacidad para adaptarse, agregar más servicios y productos y ayudar a sus clientes a lograr más en menos tiempo. Esto los mantiene altamente relevantes, incluso cuando cambian las necesidades de los consumidores.
Las empresas inteligentes deben ser más que resilientes para tener éxito, durante y después de cualquier crisis. Necesitan pensar en grande y concentrar su tiempo y recursos en la innovación y la inversión.
Autor:
Jorge Mario Gómez J.
MBA, MBCP, PECB ISO 31000 Risk Manager
Instructor del DRI México
